En 1950, ninguna de las doce cumbres que existen en la tierra de más de 8000 metros de altitud había sido conquistada. Ese año, una expedición francesa recibió autorización del rey del Nepal para penetrar en su territorio e intentar un ocho mil. Se trata de un grupo de guías del Chamonix, en los Alpes franceses. Liderados por Maurice Herzog, iban a intentar alternativamente el Dhaulagiri o el Annapurna, aunque ni siquiera contaban con buenos mapas de la zona. El Dhaulagiri, pirámide de hielo, se reveló imposible; sólo quedaba el Annapurna.