El Segundo Tratado sobre el gobierno civil, ha estado desde sus inicios indisolublemente unido a la doctrina liberal anglosajona. En el seno de ésta ocupó su autor durante algún tiempo, un sitial preferente y respetado, y en ella encontró esa obra la reverencia algo hierática que se debe a los textos fundadores. Pero la introducción de nuevos conceptos y la revisión de postulados básicos en el análisis de la formación del pensamiento político moderno que tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo pasado, llevaron a que se revisarán muchos aspectos en que se fundaba dicho respeto.