Toda invitación es una confesión de amor. Si en este caso es a la filosofía, se trata de una invitación a pensar en compañía de aquellos que lo hicieron en los albores de la filosofía griega, que es tanto como decir de la filosofía primera.
A lo largo de este camino iniciático necesariamente se han de hacer presentes nombres como Tales de Mileto y Anaximandro, Anaxímenes y Jenófanes, Pitágoras, Heráclito y Parménides, Empédocles, Anaxágoras, Demócrito y Protágoras, y de una manera muy especial, el filósofo entre los filósofos: Sócrates.