Las primeras palabras de Jesús en el evangelio de Juan son una pregunta a los dos primeros discípulos que comienzan a seguirle: «¿Qué buscáis?». Casi al final del evangelio, Jesús resucitado le hace de nuevo la pregunta a la Magdalena: «¿A quién buscas?». Con esto, el evangelista querría darnos una pista sobre la pretensión de su escrito: hacerle esta pregunta a quien toma su evangelio en las manos, sabiendo que el hombre es un permanente buscador.