Érase una vez la ética, un tipo de saber práctico orientado a vivir una vida buena, un ejercicio del pensamiento volcado hacia las propias acciones. Pero, ¿hay respuestas objetivas a la pregunta por la felicidad, por el bien, el mal...? Si no hay una respuesta cien por cien objetiva (cosa que trataremos de averiguar a lo largo de estas páginas), al menos la ética sí tiene una historia clara: ha sido un saber cultivado con esmero por pensadores, con sus nombres y apellidos.