En El pórtico, Delerm nos presenta a Sébastien Sénécal, un dedicado profesor de letras de secundaria que, a pesar de que la vida le sonríe –sus hijos, Julien y Marine, ya se han emancipado; quiere a su mujer, Camille, profesora de música que disfruta tocando la viola de gamba en un conjunto de música barroca; él mismo ha pedido horario reducido en el trabajo, lo que le permite cultivar sus pequeños placeres–, atraviesa una crisis. Aquejado por molestias físicas, Sébastien pierde la ilusión por su labor docente y es presa de una apatía que le atormenta.