Casanova contempla desde un punto de vista innovador y aplicando un análisis comparado la relevancia de Europa central y del este –teniendo en cuenta también España– en la narración de las políticas de violencia en el considerado «largo» siglo xx. Toma como punto de partida el efecto explosivo del colonialismo antes de 1914, considerando la relevancia del etnonacionalismo, racismo y Darwinismo social como semillas de la Gran Guerra.