Apoyándose en los datos de recientes investigaciones biológicas, psicológicas y sociológicas, el autor demuestra que ni las concepciones naturalistas de la sexualidad, que se oponen a cualquier tipo de cambio, ni las posmodernas, que pretenden deconstruir el sexo, los géneros, el matrimonio e incluso la familia, son capaces de dar una respuesta satisfactoria a la cuestión de la diferencia sexual.