Vitoria, a comienzos del año 1522. Desde hace varios meses la ciudad acoge a los tres regentes del reino: el cardenal Adriano de Utrecht, el almirante Enríquez y el condestable Velasco que se han desplazado hasta allí para dirigir la guerra contra Francia. Con ellos han llegado cientos de personas: nobles, damas, sirvientes, soldados, clérigos, médicos, escribanos, cocineros, músicos... y la ciudad de las seis calles se ha visto desbordada. Para complicar más la situación, llegan noticias de Roma: el cardenal ha sido elegido Pontífice de la Iglesia Católica.