El diablo es el mayor maestro de los engaños, de incomparable astucia. No actúa al descubierto, si no en lo escondido. Trabaja en la sombra y siempre considera como inteligentes a quienes no creen en sus artimañas, e incluso niegan su existencia. Así, los primeros en caer en sus redes son precisamente los sabihondos, los grandes iluminados de la ciencia de este mundo.