Victoria viaja a Israel para recoger la herencia de su abuelo, escriba hebreo convertido al cristianismo. Pero al llegar, debe asumir costumbres distintas a las suyas y aceptar que las mujeres ocupan un lugar secundario. Como cristiana visita a la comunidad de Jerusalem y a personajes históricos, como Marta. Cuando le comunican que van a casarla con un primo suyo, porque desean conservar la herencia, trata de encontrar una solución y de comunicarse con su padre aunque todos están de acuerdo en el complot.