Victoria viaja a Israel para recoger la herencia de su abuelo, escriba hebreo convertido al cristianismo. Pero al llegar, debe asumir costumbres distintas a las suyas y aceptar que las mujeres ocupan un lugar secundario. Como cristiana visita a la comunidad de Jerusalem y a personajes históricos, como Marta. Cuando le comunican que van a casarla con un primo suyo, porque desean conservar la herencia, trata de encontrar una solución y de comunicarse con su padre aunque todos están de acuerdo en el complot. Cada capítulo se cierra con una carta de Victoria para Alejandro, en la que vierte sus sentimientos más profundos.
Esta novela histórica está centrada en un período de la historia antigua que los adolescentes conocen. Interesa la manera de reaccionar de Victoria a la trampa que le tiende su familia: como mujer romana, hija de un senador, está a punto de perder sus derechos y unos sueños (liberar al esclavo del que está enamorada) peligrosos ante intereses económicos claros. Lo más sensato es no oponer una resistencia abierta y conservar la esperanza.