Cuando monseñor Masterman se despertó de su amnesia en Hyde Park no podía creer lo que veían sus ojos. Una gran multitud de personas, entre ellas un buen número de clérigos católicos en traje de gala, escuchaban atentamente la predicación de un franciscano. Al parecer se encontraba en 1973, pero sus últimos restos de memoria eran de inicios de la década de 1910. Recordaba que en aquel tiempo la Iglesia Católica se había visto sacudida por fuertes temporales como el modernismo, el cientifismo o el evolucionismo. Todo auguraba un desastre para la Iglesia Católica en las décadas posteriores.