En la Escocia del siglo XVIII dos hermanos de caracteres absolutamente opuestos -de arrolladora personalidad pero pendenciero y egoísta, uno, y tranquilo y bondadoso pero algo apocado, el otro- ven sus vidas enfrentadas por la llegada de la guerra. A lo largo de la novela, el primero -el heredero del señorío de Ballantrae- se va convirtiendo en una maldición para el segundo, que ve cómo su vida, y las vidas de los que le rodean, se destruyen por el odio.