En estas notas biográficas vais a ver a una mujer excepcional, importantísima para la Iglesia, enamorada de Cristo, de la Escritura y de la Eucaristía. Tenía una clara conciencia de que la misión que Dios le había dado era apoyarme, defenderme y corregirme, por el bien del Camino Neocatecumenal.
Doy gracias a Dios por Carmen que me ha dicho siempre la verdad, constantemente. Era una mujer profunda, auténtica y libre en su relación con todos. Era muy inteligente. Amaba a Cristo y a la Iglesia y al Papa, por encima de todo.