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En esta magnífica obra, Bernabé Tierno ha diseñado un plan de acción personalizado que todo alumno puede aplicar con sencillez. Un programa eficaz que, paso a paso, enseña a recuperar el tiempo perdido, organizar con inteligencia el trabajo de casa, potenciar la atención y la concentración, expresarse de forma correcta, tomar apuntes y utilizar en cada asignatura las técnicas más adecuadas.

Bernabé Tierno, pretende en estas páginas mostrar unas técnicas de estudio, e intentar transmitir una serie de conceptos y valores necesarios para el desarrollo personal del estudiante, sea cual sea su ámbito de formación. Un libro ideal para preparar los exámenes y aprender buenas técnicas de estudio.

Un plan de acción personalizado que todo alumno puede aplicar con sencillez. Un programa eficaz que, paso a paso, enseña a recuperar el tiempo perdido, organizar con inteligencia el trabajo en casa, potenciar la atención y la concentración, expresarse de forma correcta, tomar apuntes y utilizar en cada asignatura las técnicas más adecuadas.

Esta obra es el producto de varios años de investigación y, sobre todo, colaboración en actividades de formación permanente del profesorado de Ciencias de la Naturaleza en la Educación Secundaria. Hay numerosos datos que muestran que los alumnos, en vez de asimilar las teorías y modelos científicos que les enseñan en clase, interpretan el mundo de acuerdo con esquemas intuitivos o culturales ajenos a esa ciencia que se les enseña.

¿Quieres sacar todo el jugo al estudio de tus hijos? ¿Parece que no les cunde, que se pasan horas delante de los libros pero no consiguen aprobar? Solo hay una forma de evitar estos problemas: aprender a estudiar. No existen los milagros. Las técnicas de estudio no son un método mágico por el cual los hijos comiencen a aprobar todo sin esfuerzo y así podamos disfrutar -ellos y nosotros- de unas vacaciones tranquilas.

Con el proyecto Diccionario del estudiante, la Real Academia Española se propone cubrir un espacio no siempre atendido por los diccionarios escolares tradicionales, y dedica su esfuerzo a una franja de usuarios, tanto españoles como hispanoamericanos, que abarca a los estudiantes de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. Los aspectos más destacables del Diccionario del estudiante son:
• Léxico actual.
• Diccionario selectivo.
• Rica base documental.
• Diccionario panhispánico.
• Diccionario normativo.
• Diccionario totalmente nuevo.

¿Qué sucede con las matemáticas? ¿Por qué son consideradas como la asignatura más difícil e inaccesible de nuestro sistema educativo? Al evaluar los estragos que produce este rechazo de una buena parte de la sociedad hacia un conocimiento tan imprescindible, no podemos hacer otra cosa que plantearnos cuanto antes qué hacer y cómo ponerlo en práctica. Dejar algún aspecto de lado, ya sea la calidad de nuestros métodos de enseñanza, la formación de nuestros docentes o lo idóneo de los contenidos de nuestros libros de texto, puede significar hundirnos todavía más.

La enseñanza de la Religión en la Escuela conlleva numerosos problemas anejos. La complejidad de esta disciplina académica se presenta, al menos, a tres niveles. En primer lugar, es preciso justificarla en el ámbito legislativo, pues la asignatura de Religión no siempre goza del estatuto jurídico adecuado.

El saber aprender, junto con el poder y el querer hacerlo, constituyen los tres pilares sobre los que se asienta el aprendizaje. De los tres, el saber aprender condiciona los otros dos. Si un alumno puede aprender por sus capacidades y quiere aprender, pero no sabe hacerlo, no aprenderá. Este manual recoge todas las estrategias de aprendizaje que han demostrado experimentalmente su eficacia, incluidas las que han surgido en estos últimos años como fruto de recientes investigaciones neurológicas. Se trata de un manual muy práctico y útil para los profesores de cualquier nivel educativo

El autor de este libro, dirigido tanto a padres como a profesores, define la buena pedagogía como la capacidad de distinguir eficazmente entre lo que es adecuado y lo que lo es menos en nuestra comunicación y nuestro trato con los niños y los jóvenes. Muestra que los educadores con tacto deben desarrollar una atención solícita hacia la singularidad de los niños y la de sus vidas individuales. Explica que este "tono" de la enseñanza se puede mantener mediante el cultivo de una determinada forma de ver, de escuchar y responder a cada niño en cada situación concreta.