La presión por destacar en una sociedad donde «el infierno de lo igual» se presenta como una fosa de la que nos exhortan a salir. La necesidad autoimpuesta de lascheck-list como rituales de obligada ejecución para alcanzar la felicidad. La «ideología de la personalidad» que se manifiesta en forma de bulimia emocional, donde acumulamos y acumulamos experiencias para vomitarlasipso facto en las redes sociales. La dolorosa brecha, que se agranda por momentos, entre el yo real y el yo virtual.