Agatha Raisin, una cincuentona tenaz y sin escrúpulos, decide vender su agencia de publicidad y marcharse de Londres para saborear las mieles de una jubilación anticipada en un tranquilo pueblo de los Cotswolds, donde no tarda en aburrirse. Desplegar su talento para la alta cocina en el concurso gastronómico de la parroquia tendría que convertirla, por fuerza, en una celebridad. Sin embargo, tras la degustación de su exquisita quiche, el juez del concurso fallece durante la noche, y Agatha se ve obligada a confesar la amarga verdad: la quiche letal era comprada.