La palabra "medieval" no sirve sólo para designar una época; se emplea también como signo de oscurantismo, de barbarie, de objeto de desprecio. Se condenan así en bloque nueve o diez siglos de historia de la humanidad, que serían como una noche de los tiempos entre dos épocas gloriosas, la Antigüedad clásica y el Renacimiento. El estereotipo no engaña a los expertos, pero sigue profundamente anclado en la memoria colectiva.