Las huestes de Arawn aumentan en número, dispuestas a servir al mal, el caos y la destrucción. El secreto se encuentra en el Crochan, un caldero negro en posesión de Arawn en el que éste introduce a los guerreros muertos para convertirlos en feroces e inmortales engendros a su servicio. Dallben, hechicero y maestro de Taran, convoca un Consejo al que asisten los más valerosos guerreros de Prydain. Es necesario recuperar y destruir el siniestro caldero antes de que sea demasiado tarde.