David Boaz ofrece un cuestionario para que el lector pueda medir cuánto hay de liberal en él. Con este juego culmina una obra en la que –como destaca Pedro Schwartz en el Prólogo– Boaz detalla los principios clave del liberalismo: individualismo, derechos individuales, dignidad del trabajo, orden espontáneo, soberanía de la ley, igualdad ante la ley, mercado libre y un límite muy claro para el uso de la violencia por parte del Estado: la defensa de sus ciudadanos.