El enigma de la Creación rodea París, pero la protagonista de esta novela no se llama Eva, sino Christine de Pizan: una escritora de la Edad Media. Nacida en Venecia en una familia acomodada, vivió su infancia bajo la protección de Carlos V, rey de Francia. Junto al Louvre, aprendió a leer a escondidas porque, en el siglo XIV, la alta cultura se reservaba a los hombres. Todo iba bien hasta que un día la rueda de la fortuna cambió de signo: conoció la mendicidad y, gracias a los poemas y a las crónicas que compuso, salvó a su familia de morir de hambre.