La vida está tejida por un hilo continuo de acontecimientos y esperas. «Esperar es una lata» –reza la primera frase del libro–, pero esperar es inevitable; es algo que hacemos constantemente: esperamos a que cese el dolor, a que nos respondan, a que se cumpla una promesa o a que estalle la risa después de un chiste; aguardamos en la consulta del médico, en la cola del supermercado o en la estación de ferrocarril.