Se encuentran aquí dos formas complementarias de entender la realidad: por un lado el cuerpo y por otro lado el alma. La primera puede ser causa de choque entre el individuo y la sociedad, la segunda, que llamaríamos espiritual, es fuente de paz y armonía personal y social. Para conseguir esa paz tenemos que espiritualizarnos. Espiritualizarse sería verse desde el alma y enraizarse para siempre.