Este poeta que juega con las palabras y los ritmos y los lleva hasta el extremo de sus posibilidades nos deja en estos poemas numerosas propuestas de juegos fónicos, semánticos y rítmicos. Sus poemas conectan con la greguería, los caligramas y el surrealismo. Pero siempre junto a un lado juguetón hay una hondura poética, un intento de nombrar lo innombrable, una búsqueda de lo esencial que se oculta en lo evidente y en lo cotidiano.