Los fundamentos de la economía, tal como hoy se conoce, surgieron en el siglo XVII, cuando en un intento de huir de la confusión de la política con la teología, ocasionada de la Reforma protestante, se pusieron las bases del Estado moderno. Construida siguiendo los moldes de las ciencias de la naturaleza, y apoyada en el poder del Estado, la economía se encuentra hoy día atrapada entre el vitalismo de la sociedad civil y el rígido normativismo del Estado. Transcurridos tres siglos, el diseño Estado-sociedad-civil ha entrado en una crisis de creciente e imprevisible complejidad.