El joven Hugo vive entre los muros de una ajetreada estación de ferrocarriles. Si quiere sobrevivir, nadie debe saber de su existencia. Sin embargo, un día es descubierto por una excéntrica chica, y por un viejo y amargado juguetero. El relato es fascinante y está reforzado por unas bellísimas ilustraciones, a modo de tomas cinematográficas, ya que la obra es un homenaje a la figura de Georges Méliès, pionero del cine francés, dibujante, constructor de autómatas y habilidoso mago. Este libro interesará a público adolescente, pero también será grato para adultos.