Casada muy joven con Juan Manuel de Portugal, enviudó pronto y fue llamada por su padre para ser Regente de Castilla durante algún tiempo. Concluida la Regencia se retiró a Madrid, donde fundó el convento de las Descalzas Reales. Narrado en primera persona, el texto resulta muy interesante, no sólo porque recupera a una mujer sensible, fiel y enamorada a pesar de la brevedad de su matrimonio, y que siempre estuvo cerca de su hermano tratando de ayudarle, sino también porque describe costumbres y momentos difíciles del reinado de Felipe II.