Sin duda alguna cada familia tiene sus propios demonios y, a lo que parece, en las familias actuales se han multiplicado y diversificado más de lo que cabía esperar. Preciso es reconocer que la terapia y orientación familiares son muy útiles, en muchas ocasiones, para la prevención y solución de los problemas que -sin satanizarlos- plantean muchos de estos conflictos familiares. Con todo, la eficacia de la actual terapia familiar se queda un poco corta en algunos casos.