Comienza otro día laborable y Ramchand corre por las callejuelas de Amritsar, importante ciudad del Punjab, hacia la tienda de saris situada en el antiguo bazar. Es allí donde pasa sus días, enrollando y desenrollando con infinita paciencia metros y metros de sedas de Benarés con deslumbrantes bordados, algodones de Bangladesh de vivos colores y delicados tejidos de satén, ante las esposas y las hijas de las familias pudientes.