Leyendo la introducción de este ensayo de Guardini me ha venido a la memoria aquella frase del libro primero de la Metafísica de Aristóteles: "muchos recuerdos de una misma cosa constituyen una experiencia". A lo mejor por aquello que afirma tan tempranamente nuestro autor de que "ningún creyente puede comprenderse a sí mismo sino en la fe". Es decir, recordando cómo fue iniciado en ella, cuál es su estructura y contenido y cómo está situado vitalmente en ella o qué puede aportar de su experiencia íntima de la fe.