Hugo von Hofmannsthal observó una vez que no podía leer una página de Los cosacos, de Tolstói, sin recordar a Homero. En ambos casos, si dejamos aparte su común trasfondo épico, el tema es el del héroe que deja el mundo civilizado para enfrentarse a los peligros y la purificación moral de un viaje por tierras lejanas.
En 1851, cuando Tolstói tiene veintidós años, emprende un viaje al Cáucaso para unirse como cadete a la línea defensiva rusa en la guerra contra los turcos. El tiempo que pasa allí lo marcará para toda la vida y servirá de inspiración para sus primeras novelas.