Años de silencio de instituciones internacionales y de muchos medios de comunicación han ocultado a la mayoría de la población que los cristianos son quienes en las últimas décadas sufren la mayor persecución religiosa en el mundo. Decenas de miles mueren violentamente cada año a causa de su fe ante la indiferencia de unos, el silencio culpable de otros y el desconocimiento de la sociedad. En Occidente no se da tal persecución, pero es creciente la hostilidad contra los cristianos, la cristofobia.