Entre las muchas deudas que la ciencia y la cultura españolas tienen contraídas con don Ramón Menéndez Pidal (1869-1968), destaca la de la recuperación de las reliquias épicas y del Romancero. En una tarea que ocupó toda su vida, don Ramón fue conjugando las investigaciones en archivos, de los que sacó a la luz joyas desconocidas, con el trabajo de campo por todas las regiones españolas, recogiendo de labios de las gentes la tradición ininterrumpida de la lírica popular.