Alfonso Guerra nos ofrece algunos pensamientos sobre sucesos de la historia reciente de España, entre 1982, cuando es nombrado vicepresidente del gobierno, y 1991, con su dimisión. Entre otros asuntos, describe su relación con Felipe González o el apoyo socialista a la OTAN, cuestiona el caso Rumasa y opina sobre temas tan controvertidos como la legalización del aborto.