¡Rara vez se ha escrito sobre el Señor de todas las cosas de manera tan intensa, tan divertida y sabia, tan vertiginosa y, al mismo tiempo, tan respetuosa! Quien no crea en Dios debería hacerlo de manera consecuente. La vida es corta, y la muerte definitiva. Y toda vacilación cuesta un tiempo vital irrecuperable. Pero, si Dios existe, el ateísmo es un nefasto error con un fastidioso resultado: has pasado todo el tiempo viendo la película equivocada, y ello conlleva terribles consecuencias.