Esta novela constituye un fehaciente testimonio antirracial, protagonizado por la madre del autor, una mujer de origen judío, cuyos padres polacos emigran a los Estados Unidos. Desarraigada de los vínculos familiares, se casa con un hombre negro, sureño, y gasta su vida en criar y educar a sus doce hijos, desafiando y venciendo los problemas de raza, religión y sociales que se interponen constantemente en su camino. En su vejez contemplará hecho realidad el sueño de su juventud.