Este libro de Gautreaux, aunque no es nuevo, ha sido recientemente publicado en España, y por ello resulta de una novedad refrescante y esperanzadora, como un amanecer de verano.
De nuevo aporta el conocimiento y el cariño por Luisiana y sus personajes tan propio de este autor, pero en vez de los relatos cortos habituales en sus otros libros ya publicados, nos ofrece una novela completa. La historia gira en torno a la vida de un matrimonio joven que debe probar su amor a través de las dificultades que se les presentan a lo largo de los años.
Con una visión profudamente cristiana, este libro de Gautreaux es una oda a la comunidad y a la gente sencilla. Nos recuerda que el camino se hace mejor rodeado de amigos.
Algunos hechos históricos de los que se encuentran referencias en la novela.
Álvarez Nuñez Cabeza de Vaca y Hernando de Soto visitaron Louisiana en 1528. Pánfilo de Narváez exploró las desembocaduras del Misisipi.
En el siglo XVII, los franceses que habían ocupado Canadá, buscaron una salida que no se congelase para el transporte y comercio de las pieles canadienses y se posicionaron a lo largo del Misisipi hasta Orleans, en el golfo de México.
En 1682, René Robert Cavelier de La Salle tomó posesión de Louisiana en honor de Luis XIV. Construyeron un fuerte y un faro. Y reclamaron todas las tierras ribereñas del Misisipi para unir Louisiana con Canadá.
En 1709, el financiero francés Antoine Crozat obtuvo el monopolio del comercio en Luisiana que se extendía desde el golfo de México a Illinois. Gracias al monopolio pudo traer, durante varios años, esclavos desde África, según el historiador Hugh Thomas.
En 1722, Francia hizo de Nueva Orleans el centro del comercio, y centro de poder civil y militar. Y comenzaron a florecer las plantaciones de caña de azúcar trabajada por los esclavos africanos.
La expansión de los ingleses hacia el oeste se tropezó con la Louisiana francesa lo que provocó La Guerra de los Siete Años. Los ingleses se quedaron con la ribera este y los españoles, por el tratado de París de 1763, pasaron a dominar en la ribera oeste, la Louisiana española.
En 1755, varios militares franceses fueron expulsados de los territorios canadienses limítrofes con los ingleses, fueron acogidos por los españoles deseosos de aumentar la población católica en la zona de Nueva Orleans. Los cajunes son sus descendientes actuales. También llegaron colonos españoles desde las Canarias que recibirán el nombre de isleños.
En 1800, por el Tratado de San Ildefonso, la Francia napoleónica adquirió Luisiana a España. En 1803, Francia vendió la Luisiana española a los EEAA. Los esclavos africanos de estos nuevos territorios se encontraron fuera de la ley y en desventaja con los esclavos ya nacidos en los territorios americanos. En 1809 una revolución de 500 esclavos marchó hasta Nueva Orleans.
En el siglo XIX, en sucesivas oleadas llegaron habitantes de Haití y de Cuba. En 1840, Nueva Orleans se había convertido en el mayor mercado de esclavos. Más de un millón de esclavos cambiaron de manos allí.
En el siglo XIX llegó el ferrocarril gracias a la actividad del magnate Charles Morgan.
Me gustó mucho el libro anterior de este autor, "El mismo sitio, las mismas cosas" en el que, con un lenguaje rico y una prosa notable contaba historias de la Louisiana norteamericana. Ahora con esta novela, ha vuelto a sorprenderme. En el mismo lugar geográfico cuenta las historia de un matrimonio joven de un pueblo perdido con unos caracteres muy diferentes y que aún no tienen el peso de la madurez. La historia es muy interesante, pero más todavía es el cómo van evolucionando y madurando con la propia vida. La parte más espiritual (no me refiero a la religión): carácter, sentimientos, ambiciones, etc., es contada sin que te des cuenta y la vives con ellos. Unas veces a favor de ella otras de él y así hasta un desenlace glorioso.
Magnífica novela muy bien traducida por el profesor José Gabriel Rodríguez Pazos.
La novela está ambientada en la comunidad cajún afincada en el delta del MIssissipi. Son descendientes de franceses, con un idioma en parte inglés, en parte español y en parte francés.
Su religión es la católica y la viven con naturalidad y profundidad en su vida diaria.
Los avatares de los protagonistas, Colette y Paul, y su entorno familiar y de amistades está minuciosamente retratado. Los personajes crecen y evolucionan en un lugar hostil desde el punto de vista de clima y de oportunidades de trabajo, pero amable por esa acogida generosa y solidaria presente en las comunidades en las que la fe cristiana ha echado hondas raíces.
Es, por otra parte, una historia coral de muchos personas bien trazadas en sus perfiles y las peripecias avanzan casi con trepidación: ocurren muchas cosas y la novela atrapa también por esta razón: nos interesa saber cómo van a solucionar sus problemas y sus vidas.
Pero sobre todo, atrapa porque está muy bien escrita y por el hondo contenido de sus reflexiones, siempre al filo de la historia y la evolución de sus personajes. Es de esos libros que nunca querríamos acabar para permanecer siempre leyéndolos, porque nos ayuda a ser mejores.
Magnífica novela, una historia interesante y muy bien contada, un ambiente y unos lugares descritos con gran detalle y unos personajes con los que el lector conecta enseguida, cercanos, vivos, humanos, con virtudes, defectos, sus luchas, sus éxitos y fracasos, gente corriente, ruda, a veces, pero solidaria. Sorprende la maestría con la que el autor describe máquinas, herramientas..., y de un modo que no se hace pesado, sino todo lo contrario. Buena traducción de José Gabriel Rodríguez Pazos que contribuye a hacer tan grata la lectura. Luis Ramoneda
Ya conocíamos a Tim Gautreaux –“El mismo sitio, las mismas cosas”- de manera que no me ha sorprendido lo bien que está escrita esta novela. Me ha parecido excepcional. La temática de fondo, una crisis matrimonial, está magistralmente encuadrada en un mundo muy distinto al nuestro, sorprendente, perfectamente descrito. El sur de Luisiana, en el Golfo de México, con una costa complicada por las zonas pantanosas, un ambiente más bien pobre, pero muy familiar y católico. El mundo de los barcos, trasbordadores, lanchas diversas, en manos de un gran experto en máquinas. La historia es muy interesante, las descripciones meticulosas. Engancha de principio a fin y se lee rápido.
Como los buenos escritores, Tim Gautreaux es un agudo observador de cuanto acontece a su alrededor, y consigue crear personajes que nos interpelan. Paul y Colette Thibodeaux son una joven pareja que atraviesa una crisis matrimonial en un pueblo de Luisiana afectado por otra crisis: la que padeció la industria del petróleo en ese estado sureño, durante los años ochenta del siglo pasado. Gautreaux, que vivió aquel momento histórico en primera persona, quiso ser cronista de unos años durísimos sobre los que nadie estaba escribiendo. Y quiso hacerlo en esta que es su primera novela —publicada en Estados Unidos en 1998—, poniéndose en el pellejo de los personajes, ya que, como él mismo señaló en una entrevista, «una cosa es decir que se han perdido veinte mil puestos de trabajo, y otra cosa es meter al lector en la casa de una de las personas que se han quedado sin trabajo».
Gautreaux consigue hilvanar un magistral relato en el que suceden muchas cosas en el devenir de las vidas de personas normales, afectadas por un contexto de dureza extraordinaria. Trabajo, aficiones, relaciones familiares, envidias, luchas, tristezas, alegrías, anhelos… Todo ello es el telón de fondo de la relación entre Paul y Colette, una relación a la que las circunstancias obligan a madurar, a dar el paso siguiente en el baile de la convivencia entre un hombre y una mujer.
Al igual que en la colección de relatos El mismo sitio, las mismas cosas —publicado también por La Huerta Grande, en 2018—, Gautreaux pone de manifiesto en esta novela sus grandes dotes de escritor, con pasajes de un notable lirismo y diálogos una gran viveza, todo ello permeado por una visión profunda de los sucesos y las personas, no exenta de un agudo sentido del humor. Tampoco falta la marca de la casa Gautreaux, una especie de hiperrealismo literario que consigue mediante la minuciosa descripción de la maquinaria con la que trabajan sus personajes: tuercas, émbolos, llaves grifas de treinta y seis pulgadas…, cada pieza en su sitio, como los elementos de su narrativa, que consiguen en esta novela un relato muy bien engranado.
Comentarios
Este libro de Gautreaux,
Este libro de Gautreaux, aunque no es nuevo, ha sido recientemente publicado en España, y por ello resulta de una novedad refrescante y esperanzadora, como un amanecer de verano.
De nuevo aporta el conocimiento y el cariño por Luisiana y sus personajes tan propio de este autor, pero en vez de los relatos cortos habituales en sus otros libros ya publicados, nos ofrece una novela completa. La historia gira en torno a la vida de un matrimonio joven que debe probar su amor a través de las dificultades que se les presentan a lo largo de los años.
Con una visión profudamente cristiana, este libro de Gautreaux es una oda a la comunidad y a la gente sencilla. Nos recuerda que el camino se hace mejor rodeado de amigos.
Una joya muy recomendable.
Reseña de José Antonio
Reseña de José Antonio Gurpegui en El Cultural. El Mundo: https://elcultural.com/tim-gautreaux-y-el-desencanto-de-la-vida-rural
Algunos hechos históricos de
Algunos hechos históricos de los que se encuentran referencias en la novela.
Álvarez Nuñez Cabeza de Vaca y Hernando de Soto visitaron Louisiana en 1528. Pánfilo de Narváez exploró las desembocaduras del Misisipi.
En el siglo XVII, los franceses que habían ocupado Canadá, buscaron una salida que no se congelase para el transporte y comercio de las pieles canadienses y se posicionaron a lo largo del Misisipi hasta Orleans, en el golfo de México.
En 1682, René Robert Cavelier de La Salle tomó posesión de Louisiana en honor de Luis XIV. Construyeron un fuerte y un faro. Y reclamaron todas las tierras ribereñas del Misisipi para unir Louisiana con Canadá.
En 1709, el financiero francés Antoine Crozat obtuvo el monopolio del comercio en Luisiana que se extendía desde el golfo de México a Illinois. Gracias al monopolio pudo traer, durante varios años, esclavos desde África, según el historiador Hugh Thomas.
En 1722, Francia hizo de Nueva Orleans el centro del comercio, y centro de poder civil y militar. Y comenzaron a florecer las plantaciones de caña de azúcar trabajada por los esclavos africanos.
La expansión de los ingleses hacia el oeste se tropezó con la Louisiana francesa lo que provocó La Guerra de los Siete Años. Los ingleses se quedaron con la ribera este y los españoles, por el tratado de París de 1763, pasaron a dominar en la ribera oeste, la Louisiana española.
En 1755, varios militares franceses fueron expulsados de los territorios canadienses limítrofes con los ingleses, fueron acogidos por los españoles deseosos de aumentar la población católica en la zona de Nueva Orleans. Los cajunes son sus descendientes actuales. También llegaron colonos españoles desde las Canarias que recibirán el nombre de isleños.
En 1800, por el Tratado de San Ildefonso, la Francia napoleónica adquirió Luisiana a España. En 1803, Francia vendió la Luisiana española a los EEAA. Los esclavos africanos de estos nuevos territorios se encontraron fuera de la ley y en desventaja con los esclavos ya nacidos en los territorios americanos. En 1809 una revolución de 500 esclavos marchó hasta Nueva Orleans.
En el siglo XIX, en sucesivas oleadas llegaron habitantes de Haití y de Cuba. En 1840, Nueva Orleans se había convertido en el mayor mercado de esclavos. Más de un millón de esclavos cambiaron de manos allí.
En el siglo XIX llegó el ferrocarril gracias a la actividad del magnate Charles Morgan.
Me gustó mucho el libro
Me gustó mucho el libro anterior de este autor, "El mismo sitio, las mismas cosas" en el que, con un lenguaje rico y una prosa notable contaba historias de la Louisiana norteamericana. Ahora con esta novela, ha vuelto a sorprenderme. En el mismo lugar geográfico cuenta las historia de un matrimonio joven de un pueblo perdido con unos caracteres muy diferentes y que aún no tienen el peso de la madurez. La historia es muy interesante, pero más todavía es el cómo van evolucionando y madurando con la propia vida. La parte más espiritual (no me refiero a la religión): carácter, sentimientos, ambiciones, etc., es contada sin que te des cuenta y la vives con ellos. Unas veces a favor de ella otras de él y así hasta un desenlace glorioso.
Reseña de José María
Reseña de José María Guelbenzu en Babelia. El País: https://elpais.com/cultura/2020/05/07/babelia/1588847077_606465.html
Magnífica novela muy bien
Magnífica novela muy bien traducida por el profesor José Gabriel Rodríguez Pazos.
La novela está ambientada en la comunidad cajún afincada en el delta del MIssissipi. Son descendientes de franceses, con un idioma en parte inglés, en parte español y en parte francés.
Su religión es la católica y la viven con naturalidad y profundidad en su vida diaria.
Los avatares de los protagonistas, Colette y Paul, y su entorno familiar y de amistades está minuciosamente retratado. Los personajes crecen y evolucionan en un lugar hostil desde el punto de vista de clima y de oportunidades de trabajo, pero amable por esa acogida generosa y solidaria presente en las comunidades en las que la fe cristiana ha echado hondas raíces.
Es, por otra parte, una historia coral de muchos personas bien trazadas en sus perfiles y las peripecias avanzan casi con trepidación: ocurren muchas cosas y la novela atrapa también por esta razón: nos interesa saber cómo van a solucionar sus problemas y sus vidas.
Pero sobre todo, atrapa porque está muy bien escrita y por el hondo contenido de sus reflexiones, siempre al filo de la historia y la evolución de sus personajes. Es de esos libros que nunca querríamos acabar para permanecer siempre leyéndolos, porque nos ayuda a ser mejores.
Magnífica novela, una
Magnífica novela, una historia interesante y muy bien contada, un ambiente y unos lugares descritos con gran detalle y unos personajes con los que el lector conecta enseguida, cercanos, vivos, humanos, con virtudes, defectos, sus luchas, sus éxitos y fracasos, gente corriente, ruda, a veces, pero solidaria. Sorprende la maestría con la que el autor describe máquinas, herramientas..., y de un modo que no se hace pesado, sino todo lo contrario. Buena traducción de José Gabriel Rodríguez Pazos que contribuye a hacer tan grata la lectura. Luis Ramoneda
Reseña de Andrés Ibáñez en
Reseña de Andrés Ibáñez en ABC Cultural: https://www.abc.es/cultura/cultural/abci-gautreaux-y-paraiso-louisiana-202001030056_noticia.html
Ya conocíamos a Tim Grauteaux
Ya conocíamos a Tim Gautreaux –“El mismo sitio, las mismas cosas”- de manera que no me ha sorprendido lo bien que está escrita esta novela. Me ha parecido excepcional. La temática de fondo, una crisis matrimonial, está magistralmente encuadrada en un mundo muy distinto al nuestro, sorprendente, perfectamente descrito. El sur de Luisiana, en el Golfo de México, con una costa complicada por las zonas pantanosas, un ambiente más bien pobre, pero muy familiar y católico. El mundo de los barcos, trasbordadores, lanchas diversas, en manos de un gran experto en máquinas. La historia es muy interesante, las descripciones meticulosas. Engancha de principio a fin y se lee rápido.
Como los buenos escritores,
Como los buenos escritores, Tim Gautreaux es un agudo observador de cuanto acontece a su alrededor, y consigue crear personajes que nos interpelan. Paul y Colette Thibodeaux son una joven pareja que atraviesa una crisis matrimonial en un pueblo de Luisiana afectado por otra crisis: la que padeció la industria del petróleo en ese estado sureño, durante los años ochenta del siglo pasado. Gautreaux, que vivió aquel momento histórico en primera persona, quiso ser cronista de unos años durísimos sobre los que nadie estaba escribiendo. Y quiso hacerlo en esta que es su primera novela —publicada en Estados Unidos en 1998—, poniéndose en el pellejo de los personajes, ya que, como él mismo señaló en una entrevista, «una cosa es decir que se han perdido veinte mil puestos de trabajo, y otra cosa es meter al lector en la casa de una de las personas que se han quedado sin trabajo».
Gautreaux consigue hilvanar un magistral relato en el que suceden muchas cosas en el devenir de las vidas de personas normales, afectadas por un contexto de dureza extraordinaria. Trabajo, aficiones, relaciones familiares, envidias, luchas, tristezas, alegrías, anhelos… Todo ello es el telón de fondo de la relación entre Paul y Colette, una relación a la que las circunstancias obligan a madurar, a dar el paso siguiente en el baile de la convivencia entre un hombre y una mujer.
Al igual que en la colección de relatos El mismo sitio, las mismas cosas —publicado también por La Huerta Grande, en 2018—, Gautreaux pone de manifiesto en esta novela sus grandes dotes de escritor, con pasajes de un notable lirismo y diálogos una gran viveza, todo ello permeado por una visión profunda de los sucesos y las personas, no exenta de un agudo sentido del humor. Tampoco falta la marca de la casa Gautreaux, una especie de hiperrealismo literario que consigue mediante la minuciosa descripción de la maquinaria con la que trabajan sus personajes: tuercas, émbolos, llaves grifas de treinta y seis pulgadas…, cada pieza en su sitio, como los elementos de su narrativa, que consiguen en esta novela un relato muy bien engranado.