Gay Talese es hijo de Joseph Talese, un sastre nacido en el sur de Italia que emigró a América, el nombre que en su época se daba a Estados Unidos. El viejo Talese era descendiente de una familia de sastres cuyos ancestros se remontan cinco generaciones atrás, a la Italia de 1800. Joseph se educó en su oficio en el taller de su tío Antonio Cristiani, un valiente "sastre de la mafia" que dejó Italia en 1911 y luego triunfó como sastre independiente en una tienda de la Rue de la Paix, muy cerca del teatro de la Opera, en Paris, donde sus descendientes salvaguardaron la tradición de la familia durante muchos años más.
Gay Talese, el hijo de Joseph, nació en Ocean City, New Jersey, hace más de 70 años, y desde que publicó su primer libro -El reino y el poder, sobre la historia de The New York Times- se ha convertido con el paso de los años en el celebrado autor de libros "sin ficción" tan leídos en el resto del mundo como Fama y oscuridad y Honrarás a tu padre, en los años setenta, y La mujer de tu prójimo y A mis hijos, en los ochenta y noventa. Su último libro, La vida de un escritor, publicado hace un año, es hoy uno de los más leídos por periodistas de las viejas y nuevas generaciones de Estados Unidos y el resto del mundo, aunque todavía no ha sido traducido a nuestra lengua.
Talese saltó a la fama en las páginas de The New York Times con la publicación de algunos reportajes singulares como "Los puentes", una historia en serie que cautivó a millones de lectores de su periódico en la que contaba la vida diaria de los obreros que trabajaban construyendo los grandes puentes de Estados Unidos. Unos años más tarde, Talese publicó otro libro lleno de pequeñas historias de gente al parecer sin historia: vigilantes nocturnos, porteros de hoteles, choferes, transeúntes solitarios. Lo tituló New York, una jornada de hallazgos casuales. Estos dos libros, junto con otros reportajes sobre gente famosa y oscura como Frank Sinatra y los "cargaladrillos" del NYTimes, fueron reunidos en la primera edición de Fama y oscuridad publicada en lengua española por la editorial Grijalbo, en 1975.
Después vinieron, en su orden, Honrarás a tu padre y La mujer de tu prójimo. El primero fue un libro sobre la historia de una familia de la mafia de New York y sobre su padre -padrone, Joseph Bonanno-, que Talese publicó originalmente en 1971. En su época fue la primera historia que rompió el código de silencio sellado con sangre de la "omertá" italiana. Para escribirla, Talese habló durante seis años con el heredero del imperio de la mafia newyorkina de la época, Bill Bonanno, hijo de Joseph Bonanno, más conocido en los medios del hampa con el nombre de Joe Bananas. Un año más tarde, la misma historia se volvió famosa en el resto del mundo con la llegada a los teatros de cine de El Padrino, la primera película de la serie que filmó Francis Ford Coppola sobre la mafia newyorkina de origen italiano y su sangrienta saga. Como dijo hace poco la revista Newsweek, la historia de la película de Coppola, al igual que la de la novela de Mario Puzo en la cual se inspiró, no eran historias de la vida real. Igual que Los Soprano, la serie de televisión que cautivó a millones de televidentes de Estados Unidos. La de Gay Talese, sí.
Con el tiempo, Talese se convirtió en un escritor emblemático de una generación de periodistas a los que Tom Wolfe consagró para la posteridad con el rótulo de "nuevos periodistas". Eran los autores de los reportajes que él recogió en su célebre antología El Nuevo Periodismo, publicada por primera vez en 1973.
"¿Qué es esto, en nombre de Cristo?" se preguntaba Tom Wolfe después de leer en un ejemplar de la revista Esquire el reportaje en el que Gay Talese contaba la historia de Joe Louis, el campeón mundial de los pesos pesados del boxeo ya en la llamada "edad madura" y refugiado en su segundo o tercer hogar. Era una historia que parecía una novela, un cuento, una película. Jamás lo que realmente era: un reportaje de una revista. Pero Talese no sólo escribió sobre Joe Louis. También, sobre Floyd Patterson, el perdedor; sobre Frank Costello, Joshua Logan y Sinatra. Su reportaje sobre La Voz ha sido considerado por muchos críticos el mejor de todos los escritos por los llamados "nuevos periodistas", un grupo heterogéneo de narradores entre los cuales Wolfe también incluyó a Norman Mailer, Michael Herr, Hunter Thompson y otros periodistas, nuevos y viejos, de la nueva ola de los años 60.
Como un clásico traje de los que cosía en su taller del sur de Italia Armando Cristiani, el maestro de su padre Joseph Talese, o como cualquier traje salido de la sastrería de la familia Talese en Ocean City, New Jersey, los reportajes de Gay Talese han sobrevivido al paso de los años. En eso se parecen a las novelas de Truman Capote, otro grande del llamado "nuevo periodismo". Son piezas cosidas a mano, hijas del amor al arte de contar historias. Son trajes como los que todavía colecciona Talese en su ropero: trajes a la medida para un hombre que a pesar de sus setenta y pico de años no ha envejecido ni se ha llenado de grasa, como su estilo. Son trajes que jamás pasarán de moda aunque parezcan anticuados. Son piezas maestras salidas de las manos de un clásico del periodismo del siglo XX. (Juan José Hoyos)