La diputada socialista holandesa
Marjo Van Dijken acaba de proponer en el parlamento de su país que el Estado
pueda considerar que una mujer no está preparada para tener hijos e imponerle
la anticoncepción forzosa. En principio, los siempre bienintencionados
políticos dicen que es para proteger a nuevas criaturas de futuros malos padres.
O sea, que la maternidad es una mera concesión administrativa.