En los años sesenta y comienzos de los setenta se hablaba
mucho en los medios de comunicación de las familias franquistas. El tema era
recurrente, y cobraba especial acento en las crisis de gobierno. Entonces las
cábalas eran infinitas hasta cuadrar a cada ministro en una familia o
subfamilia, para terminar diciendo que Franco había logrado equilibrarlas en el
reparto del poder.