La magia del samurái

Novela de intriga y aventuras, en la que el autor sabe mezclar el misterio y las leyendas orientales con la vida real y con los hechos cotidianos. Esta es una característica común a muchas de sus obras que suelen desarrollar dos tramas paralelas: por una parte, se narra la aventura que origina el misterio que finalmente se debe resolver; y por otra, se trata la vida ordinaria de los protagonistas (jóvenes o niños) que deben hacer frente a sus miedos, a sus complejos, a su tristeza, en una lucha interior de superación y maduración personal. Así, algunos de estos protagonistas niños son huérfanos de padre o de madre: en “La magia del samurái”, el padre de Quique murió atropellado; en “Bárbara detective”, la niña ha perdido a su padre; y en “El rugido de la vida”, Marcos de 12 años ha perdido a su madre; pero en el desarrollo de la historia de todos ellos se confirma que “El amor debe ser más fuerte que la muerte”.
Otra característica propia de sus novelas es la presencia de la “literatura” dentro la literatura y su importancia como fuente de inspiración para crear nuevas obras; así en “La magia del samurái”,  la fantasía se genera a partir de las leyendas orientales y de un cuento de origen japonés que escribió el padre de Quique, en el que se relata la diferencia entre el cielo y el infierno. Igual ocurre en otras novelas del autor, como “El rugido de la vida”, en la que se presentan leyendas y cuentos africanos sobre magia, hechiceros y la transformación mítica del hombre en animal.
Curiosamente, estas leyendas les llegarán a los niños a través de sus padres: los protagonistas de 11 o 12 años podrían leer por sí mismos estos cuentos, sin embargo, será el padre o la madre quien realice la lectura en voz alta; quizá, de esta forma, se maximiza la implicación familiar en la lectura y la estrecha relación entre padres e hijos para superar los problemas juntos. Tanto por los temas tratados en esta novela como por la forma de abordarlos, con un estilo sencillo, atractivo y sugerente, se considera una lectura muy recomendable para el público juvenil y también para los adultos.

Parece una novela de aventuras por una ciudad cualquiera. Sin embargo, pronto el lector percibe que, tras las persecuciones y los sustos, se va deshilando una historia emotiva cuyos personajes son un padre muerto y un niño que vive con una terrible carga a sus espaldas. La muerte no da segundas oportunidades... o quizá sí.

En esta novela, el autor consigue que la acción trepidante que salta a la vista influya sobre el drama interior del protagonista. El padre de Quique murió sin que éste le pudiera pedir perdón por despreciarle un regalo. A lo largo de la historia, Quique tendrá la oportunidad de zanjar el asunto, una vez que conozca un cuento que escribió su padre sobre un monje y un samurái.
Poco a poco, Quique irá descubriendo que la vida está llena de recovecos, de elementos imprevisibles y de posibilidades de luchar contra la adversidad.
Se sitúa dentro de la mejor tradición de novelas de intriga pero con valiosos temas que se ofrecen para que el lector reflexione. Entre ellos, el perdón, la esperanza, el paso del tiempo, el miedo, la amistad y la muerte. En este proceso de conocimiento, Quique está acompañado de su madre pero también de su compañera Laura.