Memorias de John Kenneth Galbraith, economista, profesor en Harvard, político demócrata y escritor. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en Washington para la Junta de Regulación de Precios. Al término de la contienda estuvo comisionado en Europa al servicio de la Inspección para la Evaluación del Bombardeo Estratégico sobre Alemania y colaboró en la reconstrucción económica del país. En 1961 fue designado por el Presidente Kennedy como embajador de los Estados Unidos ante la India. Ya durante el mandato de Johnson su oposición a la guerra de Vietnam le llevó a apartarse de la Administración demócrata. Autor de numerosas publicaciones, las más conocidas son “La sociedad opulenta”, “El nuevo Estado industrial” y “La economía y el interés público”. Sus Memorias son amplias en cuanto que abarcan un gran número de cuestiones de interés, desde la agricultura y la Universidad a las relaciones internacionales y la lucha contra la pobreza.
Comentarios
He vuelto a las memorias de John K. Galbraith buscando información sobre la lucha de los Estados Unidos contra la Gran Depresión. Galbraith era profesor de Economía Agraria en la Universidad de Harvard cuando en 1936 se publicó en los Estados Unidos la obra principal de Keynes: “Teoría general del empleo, del interés y del dinero”. Galbraith y otros se convirtieron al keynesianismo y empezaron a oponerse a los postulados de la Economía clásica acerca de la intervención del Estado en la economía y el equilibrio presupuestario. Keynes no sacó a los Estados Unidos de la recesión, pero facilitó un instrumento teórico en el momento en el que era más necesario. Roosevelt había encontrado el país tan postrado por la crisis que no tuvo inconveniente en aplicar políticas expansivas a costa de incrementar el déficit del Estado. Después de la Guerra Mundial Galbraith colaboró con los presidentes demócratas, con Kennedy como embajador en la India y con Johnson en el Fair Deal, programa para la igualdad de oportunidades principalmente a través de la educación. Las preocupaciones de Galbraith en esa época son propias de un economista liberal: los monopolios y la fijación de los precios, la pobreza y en el ámbito internacional la distensión. Un hecho nuevo iba a hacer pasar las políticas sociales a un segundo plano: la guerra de Vietnam. Galbraith se opuso a esta guerra en la que consideraba que no estaban en juego los intereses norteamericanos. Podemos imaginar cómo se habría opuesto hoy a las guerras de Irak y Afganistán. En ese momento las ideas de Galbraith parecían radicales y tuvo que enfrentarse a los anticomunistas a machamartillo, a los belicistas y a aquellos que pensaban que cualquier intervención del Gobierno en la economía norteamericana suponía un recorte de las libertades individuales y llevaba el país hacia el socialismo.