La Buena Guarda (1610) es una de las obras cumbres del Teatro religioso del Siglo de Oro. El motivo de la monja adúltera, de origen medieval, se convierte en la pluma de Lope en un texto dramático con fuerte carga lírica, donde tanto las venturas del amor humano como del divino –de los que Lope mucho supo– todavía golpean y seducen al público de nuestros días y le hacen añorar la lealtad y la pureza de corazón, bienes con frecuencia escasos.
Lope recoge una historia milagrosa para escribir una magnífica comedia sobre el pecado , el arrepentimiento y el perdón de Dios.
Comentarios
Excelente comedia en la que Lope, con su habilidad para convertir los temas más variados en materia teatral, ofrece, con una trama muy lograda y unos versos de gran riqueza teológica y de conmovedora belleza, un canto al amor misericordioso de Dios, a través de una historia de infidelidad y de arrepentimiento. Valga como muestra de lo dicho este soneto:
"¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio en que me habéis comprado.
Besos de paz os di para venderos;
pero si fugitivos de su dueño,
hierran cuando los hallan los esclavos,
hoy que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme vos a vos en vuestro leño,
y tendréisme seguro con tres clavos."