María Goretti, de familia muy humilde, habitaba en una pequeña población de Italia, llamada Corinaldo. Desde muy joven entregó su vida a Dios, y por este motivo fue asesinada, por mantener intacta su pureza. Su asesino, Alejandro, intentó tentarla un par de veces, pero la pequeña María, siempre se negó. La última negación, le llevó a su muerte. Pero antes de su muerte, en el hospital, perdonó a su asesino.