A pesar de su torpeza, gracias a su sencillez e inocencia, un labrador que luego se llama Fray Perico, es aceptado en un convento de frailes a quienes sus ocurrencias divierten, enfadan y conmueven.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1991 | SM. El Barco de Vapor |
128 |
978-84-348-0863 |
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VALORES: Con un estilo
VALORES: Con un estilo directo y sencillo, esta obra transmite valores funcamentales como la amistad, el compañerismo, la lealtad, el amor al prójimo y la caridad.
ACTIVIDADES PARA REALIZAR EN CLASE:
ACTIVIDAD 1. Centraremos nuestra atención en el inicio del capítulo 14, titulado "Un fraile más". ¿Es posible que un burro se siente a comer en la mesa con las personas como si tal cosa? En este capítulo, como en otras muchas partes del libro, se narra un auténtico disparate: el autor nos describe una situación contraria a la razón y que, si lo pensamos bien, no puede suceder en la realidad, solamente en nuestra imaginación. Después de leer los disparates que se le ocurren a Fray Perico, inventa tú ahora una historia realmente disparatada, algo gracioso y divertido que solo pueda hacerse realidad en tu imaginación. La historia debe tener introducción, nudo y desenlace, y el trabajo se puede realizar en parejas. (Cecilia Rodríguez Lucena).
ACTIVIDAD 2. Con la lectura de esta obra, el profesor puede hacer hincapié en los hábitos, costumbres y rutinas que allí se narran, no sólo de la propia vida del Monasterio, sino también de la vida en el campo, de los mercados populares, de la ganadería, de la vida tranquila de un pueblo pequeño. La sobriedad de la vida del monasterio, con sus penurias y escaseces, no está reñida sin embargo con la alegría de los monjes. Después de leer las divertidas aventuras del protagonista, los alumnos pueden tener una visión más positiva de la vida en un monasterio. Realizar un resumen destacando las virtudes de Fray Perico y de los monjes. (Patricia Vera).
ACTIVIDAD 3. En el capítulo 19, el Padre Superior manda a Fray Perico con su borrico a la escuela, y allí el maestro descubre que el borrico sabe leer y escribir. Si tuvieras una mascota y descubrieras que sabe sumar, leer y escribir, ¿cuál crees que sería su clase preferida en el colegio? ¿Te gustaría tener una mascota así? Con esta actividad se pretende que los niños den rienda suelta a su imaginación y potencien su creatividad. Es necesario que comprendan que con la lectura de un libro son capaces de evocar un mundo posible en su imaginación, aunque no exista en la realidad (Maite de Villa Morales).
RESUMEN: Esta historia ocurre
RESUMEN: Esta historia ocurre en Salamanca en el siglo XIX, y nos cuenta la vida de veinte frailes en un convento, haciendo el bien y repartiendo todo lo que tienen a los que más lo necesitan. Un día llega al convento un hombre rústico, gordo y colorado, que desea hacerse fraile como ellos. Los hermanos pronto se darán cuenta de su bondad y de que sólo él es capaz de hablar con la estatua de San Francisco que tienen en la iglesia.
ACTIVIDAD 1: Guiados por algunas nociones que dé el profesor sobre la vida de los religiosos o religiosas en un convento, los alumnos deberán escribir sobre cómo viven éstos: cómo es un convento, qué son las celdas, qué es el claustro, a qué se dedican, qué congregaciones de religiosos conocen. También se pueden sumergir en la vida de la época a la que hace referencia el libro, sin los avances tecnológicos actuales: sin calefacción, cultivando su propia comida en el huerto, elaborando sus productos... Buscar los productos propios que se fabrican actualmente en los conventos, como los típicos dulces (Elisa Garzón Ponce de León).
ACTIVIDAD 2: El convento acoge a varios monjes, cada uno de ellos tiene un nombre que rima con su profesión. La actividad consiste en crear un nuevo fraile, darle una profesión, ponerle un nombre que rime y escribir un breve episodio en el que Fray Perico y el personaje inventado viven una divertida aventura. De este modo, el alumno se dará cuenta de que la mayoría de los episodios del libro siguen una misma estructura narrativa, como la que tiene que crear él (Leticia García Costoya)