Xinran, autora del aclamado libro Nacer mujer en China, ha obtenido reconocimiento internacional gracias a su extraordinario talento para trasladar al lector al corazón mismo de la sociedad china. En Tres, Cinco y Seis, nos narra la sencilla pero a la vez divertida y conmovedora historia de tres hermanas que, como tantos otros emigrantes, abandonan la vida en el campo para probar fortuna en la gran ciudad.
Las hermanas Tres, Cinco y Seis no cuentan con muchos estudios, pero sí hay algo que saben a ciencia cierta: su madre es un fracaso como mujer porque no ha dado a luz ningún varón y, por tanto, el único nombre que ellas merecen es un número. Cuando dejan atrás su hogar para buscar trabajo en Nankín, la intimidante ciudad se descubre ante ellas y les abre los ojos: atascos de tráfico, edificios altísimos, actitudes desinhibidas, maravillas gastronómicas..., y el curioso mundo del trabajo. Tres descubre que su extraordinario talento creativo contribuye al éxito de un pequeño local de comida rápida, mientras que Cinco y Seis adquieren nuevos conocimientos: la primera, en un balneario, y la segunda, en una tetería para amantes de los libros. Poco a poco, cada una iráencontrando su lugar en el mundo pero… ¿qué sucederá cuando tengan que volver a casa?
A través de la mirada de tres hermanas, Xinran describede forma cercana, certera y real la China contemporánea, y nos acerca a una sociedad cambiante que está evolucionando muy deprisa.
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Tres, cinco y seis son lon
Tres, cinco y seis son los nombres que un matrimonio de la China rural dan a sus hijas según su orden de nacimiento. Tienen seis hijas y es algo mal visto alllí. Narra la historia de estas tres hermanas que se van del pueblo al mundo de la ciudad y el descubrimietno de ese mundo. La autora escribe con agilidad y describe de modo ameno y sencillo algunos aspectos de la cultura china, tradiciones y la ruptura entre el modo de vida rural y el de las ciudades. Se detiene sobre todo en el papel de las mujeres. Está basada en hechos reales.
La historia que la autora nos
La historia que la autora nos cuenta podría ser la de cualquier familia china en la que el padre sufre la decepción de no tener hijos varones. Seis hijas causa vergüenza a los padres. La historia comienza a finales de los noventa y continúa en el siglo XXI: “Una fría mañana de febrero, una muchacha de diecinueve años llamada “Tres”, se encontró bajo el sauce grande, donde se buscaba empleo en la ciudad de Nakin.”
Esa muchacha huye de su casa, en el campo, porque sus padres pretenden que se case un funcionario cojo. De hecho su hermana “Dos” se suicidó porque no pudo soportar la idea de ese matrimonio. Así “Tres” decide que es mejor fugarse y buscar un trabajo en la ciudad. Un hermano del padre, un tío, le ayuda en ese proyecto. Y “Tres” encuentra trabajo, a pesar de que en la sociedad china el último escalafón lo ocupan los que emigran del campo a la ciudad. Como Tres sabia colocar las verduras en los cestos que llevaba al mercado, de manera que entran a la gente por los ojos, encontró un trabajo en una tienda de comida tradicional china. Y a la primavera siguiente regresó a su casa con un montón de dinero ahorrado que hizo olvidar a la familia su vergüenza y animó a sus hermanas “Cinco” y “Seis” a emprender la misma aventura.
“Cinco” encontró trabajo en unas termas y “Seis” en una tetería que además ofrecía un servicio de biblioteca a los clientes. Seis se encontraba muy a gusto con ese trabajo que la ponía en contacto con los libros. Además a la tetería acudían estudiantes extranjeros de chino y Seis puso todo su empeño en familiarizarse con el inglés.
“Al mismo tiempo los amigos de Ruth afirmaban saber montones de cosas sobre China que Seis desconocía y no hacían más que formular preguntas difíciles que hasta los universitarios chinos que frecuentaban la tetería para practicar inglés no siempre sabían contestar. Por ejemplo, los extranjeros decían que el presidente Mao había matado de hambre a mucha genta, pero los profesores que Seis tenía en la aldea solían decir que sin el presiente Mao, sus abuelos y abuelas habrían muerto de hambre… Y luego contaban historias acerca de los chinos que habían construido el ferrocarril para los norteamericanos, o de las hierbas que los europeos habían importado de China, o decían que la tasa de suicidios en China era tercera más alta del mundo, que entre más de veinte países de todo el mundo habían adoptado varios cientos de miles de huérfanas chinas, o que los estudiantes chinos en Occidente eran lo más ricos, pero no sabían hacer preguntas en clase…” pág 185.
En sus ratos libres las tres hermanas procuraban verse y conocer la nueva ciudad. Cinco que tenía fama de torpe en el pueblo resultó ser una trabajadora infatigable y muy diestra en el aprendizaje del mecanismo que permitía el funcionamiento de los baños o termas en los que trabajaba. La autora relata las nuevas amistades que cada una de ellas va haciendo y el duro contraste entre la escala de valores que ellas habían aprendido de su madre y los valores o aspectos negativos de las costumbres de la ciudad.
La adaptación de las tres hermanas al nuevo entorno social, en un principio es positiva. Tienen la fortuna de trabajar en sitios donde son respetadas y su trabajo es valorado positivamente. Como siempre existen problemas que sufren aunque ellas no los hayan causado. Por ejemplo, para Tres resulta insuperable entender la forma de relacionarse los hombres y las mujeres en la ciudad. Todo vino como consecuencia de un problema en el trabajo. Dos clientes, aprovechando que se encontraba ella sola en la casa de comidas, armaron un escándalo exigiendo una compensación económica. En su defensa intervino un joven que pasaba por el lugar. Ese joven resultó que procedía de su mismo pueblo. Y durante los días siguientes acudió a visitar a Cinco e incluso la acompañó por la calle. Bien es cierto que nunca le pidió ninguna atención afectiva especial ni se la mostró. Tan sólo amistad. Sin embargo, según las tradiciones de su pueblo, cuando un joven acompaña a una chica por la calle significa que pretende una relación de pareja y al encontrarle un día en compañía de otra joven, el dolor que le produjo ese encuentro hizo que Cinco saliese corriendo de vuelta a su pueblo y aceptase el matrimonio con el funcionario cojo.
Xinran muestra esos contrastes entre la China rural y la China urbana; entre la China del pasado y la China actual que, en un mundo global y a pesar de haber estado aislada por un gobierno comunista, hoy intenta romper esos esquemas y adecuarse a una economía de mercado libre.
Tres vidas, tres nombres,
Tres vidas, tres nombres, tres números. Tan distintas, tan diferentes… La sabiduría, el amor, la ingenuidad…
La sabiduría que despega y se va desapegando de todo lo conocido y que hasta ese momento resultaba seguro…
El amor, mezcla de dicha y desolación. Una fuerza tan potente como abrumadora que no deja un segundo de descanso cuando le tiene a uno atrapado…
La ingenuidad de quien le queda todo por conocer. La sencillez con que se deja sorprender por cada persona, circunstancia y novedad que aparece a su alrededor.
Tres hermanas tan distintas, unidas por las palabras de su madre. Cada una de ellas lleva en su recuerdo aquellas frases que su madre les decía con la convicción de quien imparte una lección. Una lección de vida (diría yo) que cada una trae al presente cuando más la necesita. Y eso las acerca, aunque las diferencias las pueden llegar a separar…
En un mundo tan constreñido para la mujer, en la que desde el momento de nacer ya está desvalorizada, en el que su máximo valor solo le logra trayendo varones al mundo, donde no les está permitido soñar, opinar, contradecir, reír, experimentar, decidir, amar ni ser amadas… ¿Cómo es que han podido sobrevivir? ¿Qué fuerza intangible y poderosa ha permitido a tantas mujeres indeseadas, abandonadas, infravaloradas, despreciadas, torturadas y obligadas, a seguir adelante, o por lo menos a seguir? ¿Es la constancia, es el empeño por dejar la impronta de la esperanza en sus hijas?
Tres, Cinco, Seis, tienen un significado más allá de la cantidad que representan. Tres, Cinco, Seis a pesar de haberlas anulado el derecho a tener un nombre, consiguen hacerse un hueco en la sociedad y el momento en que les toca vivir. Seis, se hace preguntas y busca respuestas, Tres busca la aceptación y el reconocimiento y Cinco le basta saberse que el trabajo que realiza es importante.
La historia nos introduce de forma breve en la cultura china, sus costumbres, prejuicios, comidas, política, poderes, intereses, corrupciones, textos, y hasta humor (nación-patria-sociedad-pueblo) Queda patente el abuso de poder policial, los prejuicios y las injusticias.
Me ha llamado la atención lo poderosa que es la imagen de la madre para las tres (Sublime el fragmento de la madre: Mi madre es muy delgada pero es ella quien sostiene la casa…”)
El tremendo agradecimiento hacia los padres, que se materializa en los regalos y el dinero envuelto en la tela, que en su día envolvieron el pan de batata para las hijas cuando se fueron a la ciudad. Y el ansia de reconocimiento del padre se ve compensada con el logro de sus tres hijas.
El final desesperado de Tres que vuelve al campo… Seis decidió ir al extranjero y desapareció… Y Cinco, sin saber leer ni escribir, realizó un curso de estudios avanzados. Gracias al trabajo dura, las tres han conseguido cosas que a otras les habrían antojado inalcanzables.
La historia de los pingüinos enanos y su paralelismo con la historia de las tres protagonistas es muy acertado y permite terminar con una explicación que da sentido a las tres vidas de esta historia.
Es una novela construida para transmitir unas impresiones sobre la vida en China. Más concretamente para tratar de la situación de la mujer en China, especialmente en las aldeas. Literariamente está un poco forzada por la finalidad, pero el fondo es de gran interés por ver el contraste brutal entre la falta de consideración de la mujer en los medios rurales y la vida de la mujer en las grandes ciudades, más occidentalizadas. Surgen diversos temas que ayudan a descubrir una sociedad muy distinta, no solo en torno a la mujer sino también en otros aspectos de la vida. La idea de "Cisnes Salvajes", pero con personas de una misma generación, la actual de comienzos del siglo XXI.
¿Qué es una superstición? ¿Cómo se pronuncia "mamá" en chino? ¿Y cómo se escribe? ¿Qué es una chica "palillo"? Para los que desconocen cómo es la vida en el campo allá en China, Tres, Cinco y Seis revela una sociedad varada en el pasado, donde la mujer no es dueña de sí misma, donde no importa su belleza o inteligencia, y donde su "bondad" o "maldad" queda determinada por la capacidad para alumbrar hijos varones. En Anhui, China, una mujer que no alumbra "vigas" para sostener el hogar, solo es un fracaso.
Partiendo de esta premisa, Tres, Cinco y Seis es la historia de tres chicas "palillo" que, por distintas razones, viajan a la ciudad a encontrar su destino, algo que resulta un acontecimiento extraordinario en la aldea. "Tres" huye de un marido que no desea, "Seis" ha ido a la escuela y tiene expectativas, "Cinco" es boba y sus padres no saben qué hacer con ella, así que la envían con sus hermanas. Son tres lienzos en blanco donde la ciudad propone y ellas absorben. Pese a no tener estudios, ni haber sido valoradas jamás (por ser "palillos"), estas tres jóvenes encuentran ángeles de la guarda que las guían para descubrir sus "dones" a través del trabajo y el esfuerzo, lo que les permite empezar a dibujar su propio camino.
Humildad, superación, talento, reconocimiento, cambio. A través del viaje personal de cada una de las hermanas, la autora, Xinran Xue da voz, color y forma a las diferentes caras de la China actual, y materializa el cambio que traen las nuevas generaciones al abrir los ojos y ver el mundo. Compuesta de diálogos limpios e inocentes y salpicada de humor, sinceridad y sencillez, la obra esboza el abismo existente entre culturas a través de chistes, leyendas y supersticiones, y trata cuestiones clave como el concepto del bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, dejando claro que todo varía… según sea el cristal del color que lo mire. Como tema principal: la capacidad de transformación del ser humano, así como el amor innato de los hijos por los padres y el hogar (Ana María Ortega Díaz).
Se trata de una atractiva novela que llama la atención desde el principio por la singularidad del propio título “Tres, Cinco y Seis”, la historia de tres hermanas que muestran al lector la realidad actual de la vida en China. Basada en tres chicas reales, tres chicas “palillo”, la obra pone de manifiesto la escasa relevancia de la mujer en China, especialmente en el ámbito rural; así como la tremenda desigualdad entre nacer varón o mujer: “Los varones son el vigoroso puntal en el que se apoya el techo del hogar familiar, mientras que las mujeres no son más que frágiles utensilios de todos los días, que se usan y luego se desechan” (p.10).
La acción se sitúa en torno a la década de los ochenta: durante esos años muchas chicas “palillo” se trasladaban a las ciudades en busca de trabajo y de un futuro mejor, al igual que lo siguen haciendo hoy en día. Las aldeas, situadas a pocos kilómetros de los núcleos urbanos, se hallaban a siglos de distancia por su falta de progreso, de cultura, de educación (la mayoría de las mujeres no aprendían a leer ni a escribir). Desde entonces, las ciudades están evolucionando rápidamente, mientras que el mundo rural más estático avanza muy despacio. La llegada de las tres hermanas a Nankín y el trabajo que cada una de ellas va a desempeñar marcan el inicio de estas tres historias diferentes, donde la realidad se percibe a través de tres perspectivas distintas según la formación, el carácter y el punto de vista de cada uno de los personajes.
Sin necesidad de recurrir a hechos truculentos, pero sin obviar detalles de la crudeza de sus vidas, narrada con cercanía y muchas veces con dulzura, se nos presenta una historia llena de emoción, desgarradora y entrañable: basta solo recordar la anécdota de los pingüinos enanos que pone el broche final a la obra.