El 13 de marzo de 2013, tras la inesperada noticia de la renuncia de Benedicto XVI, fue elegido Jorge Mario Bergoglio como 265 sucesor de san Pedro. Un Pontífice venido del fin del mundo, como él mismo se definió, y con una amplia labor pastoral a sus espaldas. Un Papa sorprendente, cercano, cuya sencillez ha despertado una creciente curiosidad mediática, también entre los no creyentes. Mariano Fazio ha tratado con cercanía al actual Pontífice en Argentina, y varios de sus libros –Cristianos en la encrucijada, Historia de las ideas contemporáneas– han sido leídos y recomendados por el Papa Francisco en diversas ocasiones. Desde esa amistad, nos descubre las claves de su pensamiento, su visión apostólica y su afán de diálogo con el mundo.
El autor, argentino, cuenta algunos recuerdos de su relación con el Santo Padre cuando era arzobispo de Buenos Aires y da las claves de su pensamiento con abundantes ejemplos de su predicación.
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Lo que más llama la atención
Lo que más llama la atención de este libro es su capacidad de síntesis, tanto por parte del Cardenal Bergoglio como del autor, Mariano Fazio. Los últimos Pontífices han incidido en la aplicación del Concilio Vaticano II y encontramos ese mismo espíritu en las enseñanzas del Cardenal. Bergoglio trata sobre las relaciones de la Iglesia con el mundo y los hombres de hoy. Recordemos -nos pide- la parábola del hombre que deja sus noventa y nueve ovejas en el redil y sale en busca de la oveja perdida; en la actualidad -continúa- hay una oveja en el redil y las noventa y nueve se han quedado fuera. La Iglesia no puede quedarse velando a esa oveja solitaria, tiene que salir a buscarlas a todas, y para ello deberá prescindir de las estructuras pastorales que no respondan a la sensibilidad y expectativas de los hombres de hoy.
El Cardenal habla igualmente sobre los fundamentos antropológicos de la vida cristiana, que se ajustan a la naturaleza. Expone su pensamiento sobre la inculturación de la fe, el diálogo, el ejercicio de la memoria o el carácter "revolucionario" de la ternura y el cariño. El autor se extiende para tratar sobre la religiosidad popular, las peregrinaciones a santuarios marianos y otras festividades cristianas. La religiosidad popular es el Evangelio de y para los pobres. Bergoglio fomentó esa espiritualidad en su Diócesis repartiendo estampas de San José y la Virgen, poniendo al culto imágenes anteriormente abandonadas, o celebrando Eucaristías "temáticas", como en la festividad de San Ramón Nonato para las embarazadas o a San Cayetano en favor de los parados, para que encontraran trabajo.
No digo que sea totalmente fácil la lectura de este libro; hay mucho en él y requiere un cierto conocimiento de las cuestiones que trata, pero lo sentimos auténtico, nada teórico. Impresiona el Apéndice donde se recoge una Carta del Cardenal a los sacerdotes y consagrados de la Archidiócesis bonaerense tratando sobre la intercesión ante Dios a favor del pueblo.
El autor, Vicario del Opus Dei en Argentina, recuerda sus encuentros en los últimos años con el arzobispo de Buenos Aires y resume los que considera puntos centrales de su pensamiento, a través del comentario de textos sacados de sus escritos y de su predicación. Libro interesante, claro y sugerente.