En 1930, en la región de Karoo en Sudáfrica, nace en Cradock House Ada Mabuse, hija natural de la mujer negra que trabaja en la casa como sirvienta para la familia Harrington de origen irlandés y de raza blanca. A pesar de las diferencias raciales y el inconveniente de tener una madre soltera a su servicio, la señora Harrington acoge a ambas como parte de la familia haciendo todo lo posible por dar una educación a Ada y potenciando sus dotes naturales para la música. No todos en la familia Harrington se comportarán de igual modo, así mientras la señora y el señorito Phil muestran un amor incondicional hacia Ada y su madre, la señorita Rosemary y el señor Edward no ocultan su desprecio hacia ellas. Con todo, la inestable armonía que reina en la familia se verá truncada cuando, la Segunda Guerra Mundial, el apartheid y los pecados personales de alguno de los protagonistas, entran en escena.
Con una visión realista y a la vez serena y sencilla ante los acontecimientos ocurridos en Sudáfrica durante el siglo XX y que apelaron a las conciencias occidentales para solucionar lo que supuso la vergüenza del apartheid durante tantos años, Bárbara Mutch ha logrado una novela realmente conmovedora, evitando dramatismos gratuitos y siempre con una puerta abierta a la esperanza. Con un lenguaje fluido y razonamientos simples pero inteligentes, la autora consigue unos personajes muy bien definidos con reacciones contrarias ante circunstancias similares: generosidad y egoísmo, amistad y traición, conflicto y paz, plasmando un abanico de matices dando lugar a un sinfín de posibilidades. Una novela que es un canto a la esperanza, a la reconciliación con uno mismo, con los demás y con Dios, y todo al hilo de la maravillosa música arrancada por Ada a las teclas de un piano.
Comentarios
La autora presenta un relato novedoso planteando sin recelos un problema latente en la sociedad sudafricana aún pendiente de resolver, aunque ella sitúe y desarrolle la acción en los comienzos y progreso del apartheid.
Si bien se ha hablado y escrito mucho acerca de los derechos de los hombres de color en Sudáfrica, pocas veces se ha planteado con tanta lucidez cuál haya sido el status de los mulatos: no aceptados por la sociedad blanca, y considerados traidores, y por tanto rechazados, por los hombres de color.
El drama está planteado desde una perspectiva de aceptación y conciliación donde la postura, avalada por la conducta, de por personajes principales tienen bien plantado y resuelto el problema, pero navegando contracorriente en la sociedad en que están inmersos.
Plantea además un problema moral que si bien al comienzo parece desenfocado, con el fluir de la acción se va centrando decantándose por una solución correcta, aunque lo hecho, hecho está.
Novela bien escrita que desarrolla el argumento con ritmo, sin dejar de profundizar en la personalidad de los actores principales, haciéndolos amables y de carne y hueso.
La autora muestra una cultura musical importante, que sin hacerse pesar, marca el tempus de la narración, añadiendo una nota de color y nivel cultural.
La autora presenta un relato novedoso planteando sin recelos un problema latente en la sociedad sudafricana aún pendiente de resolver, aunque ella sitúe y desarrolle la acción en los comienzos y progreso del apartheid.
Si bien se ha hablado y escrito mucho acerca de los derechos de los hombres de color en Sudáfrica, pocas veces se ha planteado con tanta lucidez cuál haya sido el status de los mulatos: no aceptados por la sociedad blanca, y considerados traidores, y por tanto rechazados, por los hombres de color.
El drama está planteado desde una perspectiva de aceptación y conciliación donde la postura, avalada por la conducta, de por personajes principales tienen bien plantado y resuelto el problema, pero navegando contracorriente en la sociedad en que están inmersos.
Plantea además un problema moral que si bien al comienzo parece desenfocado, con el fluir de la acción se va centrando decantándose por una solución correcta, aunque lo hecho, hecho está.
Novela bien escrita que desarrolla el argumento con ritmo, sin dejar de profundizar en la personalidad de los actores principales, haciéndolos amables y de carne y hueso.
La autora muestra una cultura musical importante, que sin hacerse pesar, marca el tempus de la narración, añadiendo una nota de color y nivel cultural.