¿Consiguen los libros que seamos mejores personas? Los libros, como las conversaciones, pueden resultar banales o decisivos, iluminadores o insulsos. En el primer ensayo (Alrededor de los libros), el autor reflexiona sobre los grandes tópicos y las grandes verdades en torno a las lecturas.
El libro incluye otros dos ensayos (Desmontando trampas y ‘Molon Labe’ ). En el primero analiza diferentes tipos de falacias, y en el último, aludiendo a las palabras de Leónidas en el desfiladero de las Termópilas, el autor defiende el valor del sufrimiento y la dignidad del sacrificio.
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Título equívoco para un
Título equívoco para un pequeño y sustancioso libro. Confuso porque solo da noticia de uno de los tres ensayos de que se compone la obra y, desde mi punto de vista, el menos significativo. Es verdad que me interesó el texto por el contenido que prometía el encabezamiento, pero me ha parecido que los otros dos ensayos son de más enjundia.
En el primero habla del amor a los libros y de la posible exageración sobre la tenencia y adición a ellos. Tener libros o leer muchos libros no es, en sí, algo necesariamente laudable. Hablarlos es otra cosa. Hacer partícipes a los demás, es más creativo. El libro leído para los otros tiene una riqueza muy superior a ese libro que uno lee y entierra. ¡Cuántas veces he pensado en ese argumento y lo he expuesto para animar a asistir a las tertulias o a escribir sobre los libros! Hacer partícipes a los demás supone ahondar en el contenido.
El segundo ensayo me ha parecido muy esclarecedor, sobre un tema también relacionado con las tertulias: la capacidad de comunicar o, por el contrario, la tendencia a salir con la mía cuando hablo. El autor expone bastantes de esas falacias que nos sirven para buscar la razón cuando no la tengo y por eso ha titulado el ensayo “Desmontando trampas”. Creo que leyendo esas argucias típicas de las discusiones, cualquiera se ve reflejado en alguna de ellas.
El tercer ensayo, “Molon labe”, hace referencia a la respuesta de Leónidas a Jerjes, justo antes de la batalla de las Termópilas: “ven y tómalas”. El fondo del discurso es la importancia de la muerte cuando hay un sentido. Me ha parecido claro y atractivo, sobre todo en este mundo nuestro en donde todo lo que sea vislumbrar la muerte es ponerse a temblar. “Cuando uno conoce por qué no tiene escapatoria, y a qué fin sirve su sacrificio, puede morir con la tranquilidad suficiente como para lanzarle un último desafío a su rival”. En el fondo nos está hablando del sentido de la vida.